Chiriquí

Marta y Tomás viven en el corazón docente y de sus familias. A un año de fallecidos, el gobierno no ha cumplido promesas

En el lugar del accidente se develó un monumento a los docentes considerados mártires de la lucha por mejores condiciones en áreas de difícil acceso

Por: Iván Saldaña
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En un acto simbólico en el distrito de San Félix, maestros y familiares de Martha Sanjur y Tomás Camargo (q.e.p.d), le rindieron un homenaje tras un año de fallecidos, al desprenderse por un precipicio el auto donde viajaban camino a la Escuela de Suiche en la Comarca Ngäbe Buglé.

El accidente se produjo un domingo 18 de junio, día del padre del año pasado, a la altura de Buena Vista de Ratón, dónde tres días después fue que se dio con los cuerpos sin vida a varios metros de la caída en la maltrecha vía de lodo y piedras rocosas.

«El anhelo de mi hija de ser maestra surgió desde que era una bebé, desde que jugaba con muñecas tenía el interés de ser maestra», recordó Sonia Otero, madre de Martha Sanjur.

Aquel trágico día, recuerda Otero, que su hija decidió irse el día del padre después de hacerle comida a toda la familia, luego se alistó para viajar prometiendo que regresaría el jueves para estar más tiempo con ellos, pero, lo que si advirtió y lo recuerda con lágrimas es que le dijo «mamá, cuida mucho de mis hijos», palabras que han quedado guardadas para siempre.

«Tomás Camargo, el otro maestro y compañero en la escuela, que viajaba desde Bugaba, le llamó aquel día que la iba a llevar en el carro para que no caminara sola, en la tarde pasó, almorzó en mi casa y luego se fueron» nos comenta en exclusiva la madre.

Promesas incumplidas

Reunida con gremios y ex compañeros que aún laboran en la Comarca Ngäbe Buglé, Sonia Otero señaló que todas las promesas hechas por el MEDUCA y el Gobierno Nacional no fueron cumplidas.

Recuerda muy bien que muchas días después de la muerte, le llamaron del MEDUCA para entregarle un sobre, que cuando «la niña lo vio, me preguntó ¿será plata mamá?, pero que decepción al abrirla solo era una nota de condolencia de parte del Presidente».

Luego se le prometió un nombramiento para que ella como abuela tuviera un trabajo en la Escuela de Juay donde reside la familia y «poder ayudar con los niños, que actualmente están en líos legales con el padre porque este ya tenía años de separado de Martha y la tutoría siempre había sido encargada a mi persona como abuela, además ellos me dicen mamá».

«Le pido encarecidamente al señor Presidente que cumpla su palabra, que se le devuelva la plata del seguro de mi hija y que se haga justicia con los otros maestros que siguen pasando dificultades en esas zonas apartadas», finalizó Otero.

El otro maestro Tomás Camargo, su familia originalmente es de Ocú en la provincia de Herrera, dejó a una niña en orfandad que crece al cuidado de su madre quien también es docente y vive en el distrito de Bugaba en Chiriquí.

Según se pudo conocer tampoco se le ha hecho justicia a la familia del maestro a pesar de las promesas realizadas.

Los dirigentes de la Asociación de Educadores Veragüenses hicieron un llamado al presidente Varela y al MEDUCA a cumplir los acuerdos de finalización de huelga que se originó el año pasado luego de esas muertes; exigen mejor calidad de vida y atención a los educadores en áreas de difícil condición laboral.

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