Opinión

¿Era necesario unirnos a Colombia después de nuestra Independencia?

Los ideales bolivarianos influyeron en la unión  Colombia, pero sin buenos dividendos para Panamá.


Modesto Rangel Miranda
modestorangel46@gmail.com

Enfatizar y valorar los verdaderos ideales que llevaron a los istmeños a independizarnos, constituyó el mayor anhelo de una nación libre y soberana, pero habernos unidos a Colombia significó el verdadero retroceso por 82 años donde los panameños de esa época desconocieron que Colombia no garantizaba ningún punto favorable para Panamá.

Hablar de nuestra historia, constituye un verdadero legado en saber las diversas causas que motivaron la propia independencia de Panamá de España hace 198 años; cuando tras 3 siglos de dominación española y débil acciones, donde mantuvieron una serie de deficiencias como la opresión de los indígenas, la imposición de las ideas cristianas; el abuso que cometían las autoridades, los constantes ataques de los corsarios y piratas hacía el istmo y otras causas contribuyeron a que los istmeños proyectaran su propia independencia, el 28 de noviembre de 1821.

La historia guarda una verdadera relación con aquellos ideales inspirados en las luchas independentistas de 1776, en la revolución estadounidense, donde el pueblo se levantaba contra la tiranía inglesa.

Estos inspirados por Patrick Henry habían desafiado el poder británico en Boston donde tiraron al mar gran cantidad de te, azúcar y otros alimentos que estaban por ser declarados como impuestos, sin embargo, el momento fue crucial cuando los mismos estadounidenses declararon su gesta independentista desde 1776 hasta 1780, donde al final, los ingleses daban por terminada su relación en la unión estadounidense.

Pero los hechos no quedaban ahí, los sucesos del 14 de julio de 1789 enmarcaron en el istmo de Panamá aquellas ideas donde los panameños habían absorbido esos ideales para consolidar su propia independencia de España.

Para 1821, la tensión en el istmo era irreconocible; Juan de la Cruz Mourgeon y Achet, tuvo una propuesta de la Corona Española donde le propusieron que si recuperaba el control del istmo, sería nombrado virrey.

Con el objetivo de lograr un triunfo militar viajó a Ecuador con el propósito de formar un batallón para contrarrestar a los granadinos. Su viaje lo realizó el 22 octubre de 1821. En su ausencia, el mando del gobierno del Istmo de Panamá estaba dirigido por el militar panameño José de Fábrega que, en ese momento desempeñaba como gobernador de Veraguas.

Esto fue el inicio de lo que para los istmeños lograran sus acciones independentistas de la Villa de Los Santos. El pueblo de la Villa de los Santos se propuso comenzar la gesta independentista el 10 de noviembre de 1821.  La multitud nombra como líder a Segundo Villarreal, quien formaba un batallón de voluntarios que atacó la cárcel de Panamá, donde estaba la mayoría de los presos políticos reprimidos por los gobiernos dictatoriales de turno. Tras la salida de gran cantidad de soldados del ejército español, el 10 de noviembre de 1821, se proclama la Independencia de la Villa de Los Santos, libre y soberana del Imperio Español.

Proclamada la independencia en la Villa de Los Santos, se escogió como presidente del Cabildo Abierto, a Julián Chávez, quien a su vez, invitó a todos sus miembros, a deliberar acerca de la escogencia de Segundo Villareal como el jefe de las nuevas fuerzas libertadoras de Los Santos, confirmando por unanimidad su cargo.

Esta noticia del Grito de Independencia de la Villa de Los Santos, se difundió por todo el territorio panameño y fue respaldada por los pueblos de Las Tablas, Macaracas, Las Minas, Parita, Ocú, Penonomé, Pocrí, Pesé, Natá de los Caballeros, San Francisco de Veraguas y Alanje, en la provincia de Chiriquí.

Fue por esta razón que el coronel José de Fábrega le escribe al libertador Simón Bolívar, en alusión a la Independencia de la Villa de Los Santos.

Dieciocho días después, los istmeños veían consagrados sus propios objetivos al consolidar su propia independencia, sin derramar una sola gota de sangre en todo el territorio nacional.

Pero la historia marcaría otro estilo cronológico cuando el 1 de diciembre de 1821, al proceso independentista se unió Santiago de Veraguas, con lo cual se rompió totalmente el yugo que mantenía España sobre territorio panameño.

Sin embargo, los nuevos gobernantes, dirigido por José de Fábrega, pronto se dieron cuenta del peligro de una reconquista española, debido a las condiciones económicas en las que se encontraba el istmo, al escaso armamento y la poca experiencia militar, por lo que, se decidió buscar el apoyo y la unión con alguna de las nuevas naciones.

El ideal bolivariano

Por voto popular se decidió la unión voluntaria a la Gran Colombia, el gran sueño de Simón Bolívar, que por 82 años sería el verdadero sueño frustrado. El istmo de Panamá se incorporaba a los departamentos de Cundinamarca, Venezuela y Quito. Con esto quedaban rotos los lazos que hacían de Panamá un país gobernado por españoles.

Pero la unión a Colombia no sería de buen agrado para algunos istmeños a partir del 4 de enero de 1822.

Frustración de la unión a Colombia. La Gran Colombia se vio envuelta en un caos político, Venezuela y Ecuador decidieron separarse, la lucha de poder se volvió insostenible lo que determinó que el general José Domingo Espinar, declaró el 26 de septiembre de 1830 la separación del istmo. Sin embargo, la amistad de Espinar con Bolívar era fuerte.

El libertador declinó de una oferta para gobernar a Panamá porque estaba muy enfermo, pidiéndole a Espinar que uniera el Istmo a la Gran Colombia, acontecimiento que se dio el 11 de diciembre de 1830.

Los detractores de Espinar se rebelaron y el control militar de Ciudad de Panamá lo tomó el general Juan Eligio Alzurú, quien ordenó apresarlo y enviarlo al destierro.

Pero Alzurú se convirtió en dictador perdiendo el apoyo popular, originando un nuevo caos hasta que varios panameños ilustres tomaron el poder, apresaron y fusilaron a Alzurú.

En medio de esa inestabilidad, el istmo se vuelve a unir a Colombia, país que entró en un conflicto bélico alentado por el general José María Obando, quien encabezó la guerra granadina de 1839.

Una junta popular convocada en la ciudad de Panamá llegó a la conclusión de que, esa guerra no convenía y el 18 de noviembre de 1840 declaró, por tercera vez, la separación de Panamá de Colombia dirigida por el General Tomas Herrera.

La cuarta separación de Panamá se produjo el 29 de septiembre de 1850, cuando el general José Domingo Espinar y el editor del periódico Panamá Echo emprendieron una revolución que duró muy poco, pues no hubo consenso sobre la capacidad que tenía el istmo para sostenerse, por lo cual se desistió de aquella aventura.

Aunque, posterior a los años de la construcción del ferrocarril, el sueño de los istmeños se promulgaba con la creación del Estado Federal del Istmo, donde el Doctor Justo Arosemena, lograba su máxima alocución para los istmeños.

Un siglo después la historia muestra que la anexión de Panamá a Colombia pudo ser un error y que hubo demoras, indecisiones y dificultades para solucionarlo, pero que, permitió demostrar el carácter de su gente para construir el país soberano, independiente y de progreso que ahora lo caracteriza.

Pero lo cierto es que, por desconocimiento y preparación, los istmeños desconocían las verdaderas e injustas acciones que de la historia nacional nos muestra de lo que, en su mayor parte fue un gran engaño haber seguido ideales bolivarianos que, en su mayoría no produjeron beneficio a la República de Panamá

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